Movimiento oscilatorio
Todos los materiales, unos más que otros, presentan este comportamiento debido a que el movimiento de sus partículas depende de las fuerzas intermoleculares. Cada partícula del objeto oscila alrededor de su punto de equilibrio, alcanzando su posición extrema, que es cuando inicia el proceso de recuperación de su estado inicial; es como si cada partícula permaneciera atada a su vecina mediante un resorte y oscilara como cuando se comprime.
En la naturaleza existen algunos cuerpos que describen movimientos repetitivos
con características similares, como el péndulo de un reloj, las cuerdas de una
guitarra o el extremo de una regla sujeta en la orilla de una mesa. Todos los
movimientos que describen estos objetos se definen como periódicos. Este objeto
oscila entre sus posiciones extremas, pasando por un punto que corresponde a su
posición de equilibrio, como se observa en la figura (dándose un movimiento periódico).
Un movimiento oscilatorio se produce cuando al trasladar un sistema de
su posición de equilibrio, una fuerza restauradora lo obliga a desplazarse a
puntos simétricos con respecto a esta posición.
Para describir un movimiento oscilatorio es necesario tener en cuenta
los siguientes elementos: la oscilación, el período, la frecuencia, la
elongación y la amplitud.
Un movimiento armónico simple es un movimiento oscilatorio en el cual se desprecia la fricción y la fuerza de restitución es proporcional a la elongación. Al cuerpo que describe este movimiento se le conoce como oscilador armónico.
Cuando las fuerzas restauradoras que actúan sobre la partícula son proporcionales a la distancia al punto de equilibrio, decimos que se produce un movimiento armónico simple (m.a.s), también conocido como movimiento vibratorio armónico simple (m.v.a.s.). En general, dichas fuerzas restauradoras siguen la ley de Hooke:
Todos los materiales, unos más que otros, presentan este comportamiento debido a que el movimiento de sus partículas depende de las fuerzas intermoleculares. Cada partícula del objeto oscila alrededor de su punto de equilibrio, alcanzando su posición extrema, que es cuando inicia el proceso de recuperación de su estado inicial; es como si cada partícula permaneciera atada a su vecina mediante un resorte y oscilara como cuando se comprime.
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